Rotación aparente de la esfera celeste

La rotación de la Tierra sobre su eje produce la alternancia entre el día y la noche y da origen a lo que conocemos como el movimiento aparente de la esfera celeste. Como el planeta gira de oeste a este, el Sol, la Luna y las estrellas parecen recorrer el cielo en dirección contraria, elevándose por el este y ocultándose por el oeste. En el transcurso de una jornada, cada astro cruza dos veces el meridiano celeste: primero alcanza su punto más alto sobre el horizonte, la culminación superior, y después el punto más bajo, la culminación inferior. La forma en que observamos estas trayectorias depende directamente de la latitud del lugar desde el cual miramos el cielo.

  • En el ecuador, los polos celestes se encuentran sobre el horizonte. Las estrellas pasan la mitad del día por encima del horizonte y salen y se ponen siguiendo líneas perpendiculares a él.
    movimiento aparente de las estrellas
  • En los polos, el ecuador celeste coincide con el horizonte. Desde estas regiones, las estrellas describen círculos perfectos alrededor del cielo sin llegar nunca a salir ni a ponerse. Las que pertenecen al hemisferio contrario permanecen ocultas para siempre.
  • En latitudes medias, el efecto es intermedio. Algunas estrellas salen y se ponen, mientras que otras trazan arcos más o menos amplios sobre el horizonte.

Dentro del conjunto de estrellas visibles, existe un grupo especialmente interesante: las estrellas circumpolares. Estas se encuentran cerca del polo celeste y nunca descienden por debajo del horizonte. Permanecen visibles toda la noche, girando alrededor del polo y mostrando tanto la culminación superior como la inferior. En el hemisferio norte, por ejemplo en Italia, las constelaciones circumpolares más conocidas son la Osa Mayor, la Osa Menor, Casiopea, Cefeo y el Dragón. Todas ellas giran continuamente en torno al polo norte celeste y pueden observarse en cualquier época del año.

ejemplo de estrellas circumpolares

El caso opuesto es el de las constelaciones anticircumpolares, como la Cruz del Sur, Octante, Dorado y Camaleón. Están situadas tan lejos del polo celeste que nunca llegan a elevarse sobre el horizonte en las regiones del hemisferio norte y permanecen siempre fuera de la vista.

En el hemisferio sur ocurre exactamente lo contrario. Las constelaciones circumpolares del norte se convierten en anticircumpolares en el sur, y viceversa. Para un observador en latitudes medias australes, la Osa Mayor y la Osa Menor quedan completamente ocultas, mientras que la Cruz del Sur, Octante y Dorado permanecen siempre visibles, girando alrededor del polo sur celeste. Esta situación se explica únicamente por la latitud del observador y la geometría de la Tierra.

 


 

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